Tzantza







Tzantza, tsantsa o cabeza reducida es la práctica del pueblo indígena shuar de "reducir cabezas”. En la región Amazónica de Ecuador existen los Shuar o Jíbaros, unos indigenas que se dedicaban a encoger las cabezas de sus enemigos.


El ritual tzantza, era o es realizado para los enemigos y no por cuestiones de venganza sino como obra de admiración por su sabiduría con el fin de que el espíritu ahora trabaje para el beneficio del vencedor, utilizando esta cabeza reducida como un talismán de protección.

En el ritual tenían que matarlos, después hacían un corte en la nuca en forma de “v” que permitía quitar la piel de la cabeza,  se hacía una mezcla de plantas las cuales nadie sabe que tipo de hierbas son, se colocaban en agua para posteriormente hervirla, metían la cabeza y ese proceso hacía que la cabeza se encogiera del tamaño del puño de la mano, para terminar se cocía con cáñamo la boca, la nariz y los ojos para que el alma quedara atrapada y no pudiera vengarse.




Se decoraba con plumas, caparazones de escarabajos y conchas , ellos se los colocaban como dijes que colgaban de su cuello,  La duración de este talismán era de 1 año, según como iba disminuyendo su poder. Una vez perdido su poder espiritual se tenía que remplazar por otra cabeza.

Esta practica no se ha realizado en cualquier otro lugar del mundo, es exclusivo de esta tribu. Se cree que esta practica que sigue realizando y una cabeza puede tener el costo de 50,000 dólares.

Se dice que después de la demanda de querer una Tzantza, la tribu empezó a matar a personas para cambiarlas por armas, cuando el gobierno de Perú prohibió el uso de estos actos, se empezó hacer por el mercado negro. Algunas bandas empiezan a robar cabezas de los cementerios y morgues, pue suya que el precio cada vez es más alto. 




Las cabezas reducidas han tenido una aparición en la película de Harry Potter y el prisionero de Azkaban,  donde las ponen con un acento cubano y parlantes que colgaban del espejo retrovisor del camión. Su función era guiar al conductor en el transcurso hacía la llegada de los usuarios del autobús. 

Si te gustan y quieres obtener una plastificada, las puedes conseguir en mercado libre o en algunos locales de productos esotéricos. Tienen un costo desde los 100 hasta 1000 pesos mexicanos. 


                                                           Alejandro Vega 





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