El acoso de
la libertad
Desde hace
unos años, el mundo se está volviendo bastante frágil en muchos aspectos, uno
de ellos: la corrección política o ser políticamente correcto. Y, ¿qué es ser
políticamente correcto?, básicamente tener que tragarte muchas palabras, decir
las cosas con pincitas y evitar las verdades con tal de que no se ofenda a
nadie. Y he aquí lo complicado de la situación, ¿cómo puedo hablar de algo sin
ofender a los miles de grupos que existen y que se han ido apareciendo en la
actualidad.
La verdad es
que en la sociedad siempre se ha visto de mala forma a las personas que hablan
sin tacto, son sinceros y no toman en consideración los sentimientos de los
demás para hacer un comentario justo, honesto y objetivo. Nos hemos ido
acostumbrando a las mentiras, al cómo se puede sentir el otro, o simplemente
evitar hablar o emitir un juicio para no crear un conflicto, también aquí cabe
recalcar el hecho de la interpretación y perspectiva de cada persona. Sin
embargo, no debemos de tomar en cuenta que muchas de las palabras y distintos
términos que se llegan a ocupar en nuestro léxico se fueron modificando debido
a su connotación negativa, por su nombre correcto -en el caso de distintas
enfermedades o diagnósticos clínicos-.
Hemos
llegado a tal punto que ahora ya no podemos decir "negros", sino
"gente de color"; siempre hay que hacer la referencia explícita de
género y no olvidar nunca decir "bienvenidos y bienvenidas", o
utilizar esa jerigonza de "los y las niñ@s". En esa línea, no se debe
decir "discapacitados", sino "gente especial", hay que
decir "homosexuales" y jamás "maricones"; se debe usar
"tercera edad" en vez de "viejos", referirse a los ciegos
como "invidentes" y se debe evitar la palabra "gordo"
reemplazándola por "persona con problemas de alimentación". De igual
modo, es políticamente correcto hablar de "pueblos originarios" en
vez de "indios", o de "trabajadoras del sexo" en vez de
"prostitutas" -"putas" es sacrílego-. "Sirvienta"
debe sustituirse por "colaboradora doméstica", y nunca decir "ex
borracho" sino "alcohólico recuperado".
Creo que el
ser políticamente correcto es uno de los motivos más importantes que ha
provocado que el contacto humano se
haya ido desvaneciendo poco a poco. Simplemente al conocer a alguien, ¿cómo
puedes iniciar una conversación? Cuando para muchas personas puede ser un
acoso, se sienten ofendidos, o cualquier otra sarta de barbaries. Y claro,
estoy de acuerdo que la forma tiene mucho que ver, pero nos hemos vuelto
intolerantes ante cualquier situación.
Un ejemplo
claro son los comentarios las redes sociales, entras a leerlos y sientes que
estás en una trifulca, desde los más ofensivos, hasta los que buscan defender
lo indefendible. Hace poco en un live de Instagram,
la actriz Bárbara del Regil fue tachada de racista, además de los
comentarios ofensivos hacia su persona (y familia), solo por decir que se veía
“prieta” por un filtro de la aplicación de ocupó en su transmisión. En verdad,
hemos llegado a lo absurdo.
Soy un fiel
creyente y defensor de que los puntos de vista y los comentarios deben de
hacerse de la forma más libre, sin prejuicios, y objetivamente posible
-obviamente sin el afán de ofender a nadie-, dejemos de tener una doble moral,
de ser intolerantes, de tomar todo como una ofensa, de castigar y juzgar al
otro. Sí, hay muchas cosas que se tienen que cambiar y mejorar en aspectos
sociales, pero el lenguaje y la libertad de expresión son cosas que se tienen
que defender a toda costa.
Mauricio Manriquez
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